¿Cómo nace este proyecto?
“El proyecto surge como una necesidad de recuperar lo que fue, no hace tanto tiempo, una de las zonas arrecifales más diversas de la costa pacífica de Costa Rica”
En tan solo una década, la cobertura de coral en Bahía Culebra ha disminuído desde el 60% hasta el 4%, sumado con la pérdida de diversidad de peces e invertebrados. Una pérdida en la salud y diversidad de este ambiente provoca que las comunidades dejen de percibir los bienes y servicios que este brinda, llevando mayor presión sobre los mismos ecosistemas e incrementando problemas sociales.
Las comunidades costeras dependen de la salud de los arrecifes para actividades recreativas y comerciales. Al ser Bahía Culebra una zona históricamente rica en actividades pesqueras y recreativas, y siendo uno de los principales polos turísticos de Costa Rica, la pérdida de estos ecosistemas puede traer serías consecuencias en el corto y mediano plazo para la economía de la zona.
Con el fin de buscar una solución integral, en febrero del 2019, se realizó un primer taller para planificar un piloto de jardinería de corales en Guanacaste, y con ello establecer un grupo organizado que diera seguimiento a la restauración de corales en Costa Rica. Como resultado, se creó una alianza público-privada entre el Sistema Nacional de Áreas de Conservación, la Universidad de Costa Rica, la Agencia de Cooperación Alemana, la empresa turística Península Papagayo y Raising Coral Costa Rica.
En 2020, la alianza establece un convenio de cooperación para poner en marcha un plan de restauración coralina en la zona. En agosto del 2019, se realizó el primer taller teórico-práctico de restauración de arrecifes coralinos en Guanacaste y, un mes más tarde, se instalaron los primeros tres viveros con fragmentos de coral en Playa Jícaro. Desde entonces, el proyecto se ha ido expandiendo y actualmente, estamos trabajando en otros dos sitios más: Playa Blanca y Playa Virador.